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¿La tecnología de las redes sociales aumenta o disminuye la confianza de tu hijo? Ambas cosas son posibles. Por suerte, el efecto que la tecnología tiene en los niños puede controlarse. ¿Cómo puedes utilizar la tecnología de forma beneficiosa? ¿Y cómo puedes apoyar la autoestima de tu hijo? Hablamos del tema con la psicóloga infantil Jarmila Tomkova.
La tecnología de los medios sociales puede afectar a la forma en que los niños se ven a sí mismos, pero su influencia se ve subrayada por otros elementos no tecnológicos. "Los factores más importantes son el estado psicológico de los niños, la calidad de sus relaciones, la variabilidad de sus aficiones y habilidades y la sensación general de seguridad y oportunidades que perciben en su familia y su cultura, así como el entorno político en el que viven", explica Jarmila Tomkova.
"Por ejemplo, las investigaciones demuestran que las personas que han vivido en regímenes autoritarios se sienten más seguras cuando se encuentran por primera vez con el mundo online y todas sus posibilidades. Gracias a la tecnología, pueden estar en contacto con el mundo exterior y acceder a todo tipo de información. También tienen de repente la oportunidad de presentarse a sí mismos y expresar sus opiniones". Aunque los padres no puedan cambiar directamente el entorno político, hay otros aspectos en los que pueden influir. "Cuando los niños son felices en su vida cotidiana, tienen relaciones sanas tanto con la familia como con sus compañeros; sienten satisfacción con una o varias aficiones, son conscientes de sus propias habilidades y se sienten seguros, son más resistentes a los riesgos online y offline. De este modo, su confianza no será tan vulnerable al efecto potencialmente negativo de la tecnología", afirma Tomkova.
En muchos casos, la tecnología puede tener un impacto realmente positivo en la autoestima de los niños, sobre todo si se fomenta su uso activo y su creatividad en lugar del consumo pasivo de contenidos. Por ejemplo, los niños que tienen problemas para establecer relaciones en la vida real pueden encontrar nuevos amigos en Internet. En los juegos online, los niños pueden demostrar sus habilidades y sentirse parte importante de un equipo. En las redes sociales, los niños pueden construir su propio personaje independiente, presentándose y expresando sus pensamientos y creencias, todo ello con unos pocos clics. "Con solo pulsar el botón 'me gusta', los niños pueden demostrar que están de acuerdo o en desacuerdo con algo. Las aplicaciones de las redes sociales también proporcionan un feedback instantáneo simplificado, lo que resulta muy atractivo durante la adolescencia porque la autoestima de los adolescentes es muy inestable y, a esta edad, sobre todo externa. Tienden a compararse con los demás mucho más que los adultos. Cuando publican algo, el número de 'me gusta' o comentarios indica inmediatamente lo que piensan los demás", sugiere Tomkova. La importancia del estatus social y la popularidad, típica de esta edad, hace que los adolescentes tiendan a comprobar sus opiniones a través de las redes sociales de forma bastante impulsiva, o incluso compulsiva. Pueden convertirse en adictos a este tipo de recompensa psicológica. Sin embargo, esta es también la razón por la que las tecnologías pueden disminuir temporal pero rápidamente la confianza de tu hijo. Si sus publicaciones en Internet son ignoradas o reciben reacciones negativas, pueden sentir que el mundo online, que se supone que está lleno de opciones, les odia o, lo que es peor, ni siquiera les ve. En el peor de los casos, la incitación al odio y el ciberacoso pueden ser devastadores para el sentido de identidad y autoestima de tu hijo.
El poder de los comentarios negativos es innegable, y para ti, como padre, es difícil influir en la forma en que la gente reacciona ante tu hijo en Internet. Lo que sí pueden hacer los padres es hablar de los comentarios negativos con sus hijos, establecer las distintas formas en que estos pueden reaccionar ante tales críticas y discutir los límites entre los comentarios negativos y el acoso online. "Antes de que los niños se unan a las redes sociales, deben saber lo que pueden encontrarse en ellas, incluidos los comentarios negativos y a menudo duros. En primer lugar, debemos disuadir a nuestros hijos de ser crueles con otras personas, tanto en la red como fuera de ella. También debemos hacerles saber que cuando la gente es cruel con ellos sin motivo, no es culpa suya, sino que muestra los problemas no resueltos de las personas que maltratan a otras", explica Tomkova. La psicóloga también sugiere que enseñemos a los niños a ser activos cuando se encuentren con negatividad en Internet: "Los niños deben saber que siempre pueden dirigirse a sus padres o a compañeros de confianza, que pueden ayudarles a afrontar la situación. Si los comentarios que reciben en Internet son demasiado duros, deberían imprimirlos y enseñárselos a las personas en las que confían. Los padres también deben enseñar a sus hijos a denunciar comentarios y publicaciones inapropiados. Cuando los niños saben cómo hacer estas cosas, se sienten más resilientes y equipados".
Además, los padres también deben intentar equilibrar la felicidad potencialmente adictiva que conllevan los comentarios positivos online. Asegúrate de que tu hijo se siente feliz y seguro en su vida diaria, y anímale comentando positivamente no solamente sus éxitos, sino también la energía y determinación que muestra. Si la cantidad de comentarios positivos que reciben online y offline está equilibrada, es menos probable que desarrollen una adicción a la gratificación instantánea de las tecnologías inteligentes.
Pero ¿es siempre cierto que cuando tu hijo recibe muchos "me gusta" y comentarios positivos se siente más seguro de sí mismo? Jarmila Tomkova responde: "Depende del uso que hagan los niños de la tecnología. Por ejemplo, no es psicológicamente sano que un niño pase más de una hora al día en las redes sociales. Si superan este tiempo, no importa qué tipo de comentarios reciban, su confianza disminuirá. El uso excesivo de Internet y las redes sociales está relacionado con un aumento de la depresión y la soledad, y con una menor autoestima." Por eso los padres deben hablar con sus hijos sobre el tiempo que pasan frente a la pantalla, establecer límites saludables y, posiblemente, emplear soluciones de control parental que les permitan limitar el tiempo que sus hijos pasan en determinadas páginas o aplicaciones.
Aunque las redes sociales son estupendas para la autopresentación, su contenido a veces puede ser poco sincero. Al establecer estándares de belleza inalcanzables y hacer que todo el mundo parezca súper exitoso y siempre feliz, las redes sociales pueden inducir sentimientos de FOMO, o hacer que tu hijo se sienta "menos que".
Por eso es importante que los padres hablen con sus hijos de los beneficios de las redes sociales, así como de sus riesgos. Los niños deben saber que las publicaciones que ven en Internet suelen estar muy estilizadas para que el cartel parezca perfecto. Es natural: los niños también prefieren compartir una foto divertida de una fiesta de cumpleaños que una foto suya haciendo los deberes. Sin embargo, los niños deben saber que el mundo que se presenta en las redes sociales es solo una cara de la moneda.
Atrévete a cuestionar la pulcritud de los contenidos online y encuentra la diversión en actividades aparentemente aburridas. En familia, capturad de forma creativa vuestra realidad cotidiana, ya sea haciendo la compra, los deberes o sacando a pasear a vuestra mascota. Podéis comparar vuestras creaciones con las que publicaríais normalmente, hablar de la imagen que tendemos a crearnos en Internet e incluso dar un paso más y compartir esos contenidos sin pulir en vuestros perfiles. Al fin y al cabo, ahí es donde empezaron las redes sociales.
También hay que enseñar a los niños que no son meros consumidores pasivos de estas normas y realidades alternativas: ellos mismos son los creadores. "Debemos explicar a los niños que cuando publican algo en Internet, están influyendo en las personas que les siguen. Poniéndoles en una posición activa, pueden sentirse responsables y, como resultado, también más seguros de sí mismos. Además, si crean un espacio positivo para otras personas en Internet, también pueden influir positivamente en la confianza de sus compañeros", concluye la psicóloga Jarmila Tomkova.
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