Los niños de hoy crecen en una época en la que las redes sociales desempeñan un papel insustituible.
Aunque estos servicios digitales ofrecen una forma sencilla de organizar la vida social, también son una fuente de nuevos problemas, como el siempre presente ciberodio. ¿Qué pueden hacer los jóvenes para alejarse de los haters y los trolls? ¿Qué herramientas tienen a su disposición y qué ocurre cuando denuncian o bloquean a alguien?
En primer lugar, los niños deberían poner sus cuentas en modo privado y hacer que no aparezcan en las búsquedas de extraños, si es que esa configuración está disponible. Una configuración estricta garantiza que nadie, excepto los amigos cercanos y la familia, pueda encontrar el perfil de un niño y ver su contenido. Una buena regla general para los niños es rechazar las solicitudes de amistad de extraños que no conocen en la vida real.
Estos dos pasos pueden ayudar a mantener a la mayoría de los usuarios tóxicos a una distancia segura. Sin embargo, aunque el perfil sea privado, existen otros riesgos que los niños deben conocer. Uno de ellos son los perfiles falsos que suelen utilizar los trolls y los haters en línea para acosar o suplantar a sus víctimas. Cualquiera de los siguientes puede ser un signo de un perfil falso:
- La foto de perfil no muestra el rostro
Los trolls y los haters suelen ocultar su rostro para evitar las consecuencias tanto digitales como del mundo real. Por lo tanto, una buena regla para tu hijo es: sin rostro, no hay «amistad» en las redes sociales.
- Ausencia de amigos o conocidos en común
También deben evitarse las solicitudes de personas que no tengan amigos o contactos comunes con el niño.
- Actividad pasada tóxica
El comportamiento tóxico en las redes sociales en el pasado es un importante indicador de cuentas falsas o problemáticas. Si el solicitante ha publicado algún comentario inapropiado, tómalo como una señal de advertencia de que se debe evitar.
- Muchos seguidores y ninguna actividad original
Si el perfil tiene un gran número de seguidores, pero poca interacción o solo republica de otras páginas sin añadir nada original, hay muchas posibilidades de que sea una cuenta falsa creada por un hater o un troll. Además, un número inesperadamente bajo de publicaciones puede implicar que el perfil no es auténtico.
«Los haters van a odiar»
La prevención puede ser una herramienta poderosa, pero ¿qué pasa si tu hijo ya ha estado expuesto al odio en línea o incluso se ha convertido en un objetivo de los haters en línea? El primer paso es entender lo que es el odio en línea: una acción deliberada que suele provenir de cuentas dedicadas exclusivamente a difundir el odio y el caos. Si el niño está sufriendo acoso en Internet, debe bloquear las cuentas que le molestan.
Si esto no disuade a los haters y siguen acosando al niño por otros canales, las redes sociales tienen otra herramienta a mano. El niño puede denunciar este comportamiento malicioso a los administradores / moderadores, lo que puede ser utilizado por las víctimas así como por los testigos de la actividad malévola. Recuerda que denunciar este tipo de comportamientos es anónimo y ayuda a mejorar la seguridad y la comodidad de todos los usuarios en el ámbito digital.
En algunos casos, las redes sociales pueden pedir información sobre la persona que presenta la denuncia. Estos datos no se comparten con nadie y pueden utilizarse para formalizar la denuncia y ayudar a la red social a distinguir las denuncias legítimas de las falsas.
Para los casos graves…
Evitar el ciberodio no es fácil, pero muchas de las herramientas mencionadas pueden proporcionar al menos alguna forma de alivio. Sin embargo, los haters, los trolls y los ciberacosadores pueden ser muy persistentes y trasladar su odio, sus amenazas y sus ataques del mundo digital al mundo real, especialmente si se encuentran en el mismo lugar, lo que en el caso de los niños suele significar el colegio o las actividades extraescolares.
En estos casos, los padres y los profesores deben crear un «espacio seguro» para sus hijos en el que puedan compartir su experiencia sin preocuparse de ser descubiertos como fuente y quedar expuestos a las represalias del acosador. Los padres también deben considerar la posibilidad de denunciar este tipo de comportamiento al colegio, a la dirección de la actividad extraescolar o a otras autoridades responsables.
Dado que el ciberodio y el ciberacoso son asuntos graves que pueden provocar daños y traumas tanto físicos como emocionales, los casos más graves deben denunciarse también a la policía. Los padres deben aconsejar siempre a sus hijos que no borren los mensajes, publicaciones, comentarios u otros contenidos malintencionados enviados por un acosador, ya que pueden convertirse en pruebas cruciales en el proceso posterior.
Crear el banco de la confianza
Puede resultar difícil para los niños contar a sus padres malas experiencias como el odio en línea. Los niños necesitan ver (en situaciones cotidianas) que los padres no van a reaccionar de forma histérica o restrictiva si les ocurre algo malo. De este modo, los padres pueden crear lazos de confianza con sus hijos. «Un problema compartido es un problema reducido a la mitad».