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De amistoso a temible: La progresión del comportamiento depredador en Internet

| 11 Nov 2022
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El grooming es una táctica utilizada por los acosadores sexuales que buscan víctimas en Internet. Es un peligro duradero que afecta sobre todo a los adolescentes, pero también a los niños más pequeños.

Para los niños de hoy en día, Internet es un lugar donde pueden relajarse, jugar, educarse y conocer nuevos amigos. Por desgracia, el espacio online también puede convertirse en una zona de peligro cuando personas aparentemente amistosas se dirigen a los niños con intenciones maliciosas: los depredadores online son una amenaza real. ¿Cómo reconocer cuando la persona que está detrás de la otra pantalla quiere hacer daño a tu hijo?

El grooming es una táctica utilizada por los acosadores sexuales que buscan víctimas en Internet. Es un peligro duradero que afecta sobre todo a los adolescentes, pero también a los niños más pequeños. Según la Internet Watch Foundation (IWF), la pandemia ha agravado aún más este problema. En 2021, la fundación "confirmó 252.000 URL que contenían imágenes o vídeos de niños víctimas de abusos sexuales, frente a las 153.000 del año anterior". La IWF explicó además que una parte importante del material proviene de situaciones en las que "los niños son manipulados para grabar su propio abuso antes de compartirlo en Internet, y el aumento más rápido se produce entre los niños de siete a diez años." Entonces, ¿cómo podréis tú y tu hijo reconocer a un depredador online? Familiarízate con el proceso de comunicación típico del grooming.

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1) Búsqueda de la víctima

Los depredadores online suelen utilizar sitios web que les permiten determinar la edad de las víctimas e iniciar la comunicación rápidamente, como los chats online y las redes sociales. En Internet, los delincuentes pueden utilizar su edad como herramienta para establecer su control, pero también pueden intentar hacerse pasar por niños creando cuentas falsas que imiten la edad de la víctima. Los depredadores suelen dirigirse a las chicas jóvenes, pero también a los chicos que se cuestionan su sexualidad, ya que los niños homosexuales pueden considerar Internet como un espacio seguro para expresar sus luchas internas. Sin embargo, a pesar de que estos grupos son los más atacados, el grave problema de la captación de menores online afecta a todos los niños: cualquier niño puede ser abordado por un depredador. Un abusador sexual online suele adoptar el papel de un potencial "profesor" o ayudante, un nuevo amigo que hace que el niño en cuestión se sienta atractivo, validado y apreciado.

2) Mirroring y halagos

Cuando un depredador se acerca a su víctima, la comunicación suele seguir uno de los dos patrones. Algunos delincuentes sacan inmediatamente a relucir asuntos de naturaleza erótica y piden servicios sexuales al niño en cuestión. Si el niño ignora sus intentos, pasan a otra víctima. El segundo tipo se considera más peligroso; son los groomers. Su objetivo es establecer una relación duradera de la que puedan beneficiarse continuamente. En las primeras etapas de la comunicación, suelen utilizar la amabilidad para conseguir la confianza de la víctima. Un signo típico del comportamiento depredador es el interés extremo y los elogios. El groomer está de acuerdo con todo lo que dice el niño objetivo y se interesa por todas las aficiones de la víctima.

Sin embargo, esta aparente amabilidad cubre toda una serie de técnicas de manipulación. Los depredadores suelen utilizar un método llamado "mirroring": hablan de temas inocentes, discuten las tendencias actuales, se comportan de forma ingenua, etc., básicamente, se convierten en figuras infantiles. Esto hace que los delincuentes parezcan inofensivos y dignos de confianza a los ojos del niño. Los depredadores también utilizan el comportamiento amistoso para establecer su dominio. Suelen interesarse por los miedos y los factores desencadenantes de sus víctimas, y cuando el niño atacado se vuelve emocionalmente frágil, actúan como adultos responsables, escuchan sus preocupaciones y lo calman. Con estos actos de "amabilidad", los agresores esperan crear un vínculo en el que ostentan el dominio, y así pueden presionar fácilmente a la víctima para que realice actividades de riesgo.

3) Aislamiento de los niños

Desde el principio, los depredadores suelen preguntar a sus víctimas sobre sus relaciones familiares. "¿Estás cerca de tus padres? ¿Están en casa ahora mismo?". Los abusadores suelen elegir a niños cuyos padres no están presentes en la vida del niño. La ausencia de uno de los padres, que puede no ser física sino emocional, no solo hace a la víctima más vulnerable, sino que también disminuye el riesgo de que el abusador sea atrapado. Los depredadores suelen esforzarse por aislar a sus víctimas, por ejemplo, degradando a los padres durante una conversación, diciendo: "tu madre/padre no lo entendería, pero yo sí". Además, como demuestra Spectrum Labs, los abusadores "intentarán que los niños se sientan cómplices del abuso" con frases como "tus padres nos matarían si se enteraran".

4) Exigiendo más

Una vez establecida la relación, los groomers suelen pedir a los niños a los que se dirigen que les envíen pruebas de su afecto, como fotos o vídeos que contengan imágenes de su cuerpo. El delincuente puede ofrecer fotos personales a cambio para hacer creer a los niños que no hay nada malo en compartir contenido sexual con ellos. Antes de pedir material explícitamente erótico, los depredadores suelen intentar "desensibilizar" a su víctima introduciendo la sexualidad en la conversación, preguntando por las experiencias sexuales anteriores del niño y enviando chistes de contenido sexual o incluso pornográfico.

5) Amenazas y manipulación

Finalmente, la amabilidad inicial se sustituye gradualmente por amenazas y peticiones manipuladoras. En esta fase, los groomers pueden utilizar la información que han obtenido para manipular a la víctima. Estos delincuentes pueden intimidar a sus víctimas sugiriéndoles que las fotos privadas serán publicadas o enviadas a los familiares o amigos del niño. También pueden amenazar con ir a la casa o al colegio del niño y hacerle daño físico. En estas situaciones, la extorsión psicológica también suele ser un arma. El groomer puede alegar que está enfermo o sufre y que la víctima puede ayudarle, por ejemplo, proporcionándole fotos concretas.

Un depredador puede volver esporádicamente a su anterior comportamiento compasivo, para hacer creer a la víctima en la autenticidad de su amistad. Los delincuentes pueden incluso contradecir directamente su conducta maliciosa y menospreciar sus propias capacidades diciendo que están demasiado lejos para ser peligrosos, o que también son padres/abuelos, y que nunca harían daño a un niño. Por último, los depredadores a veces manipulan a los niños ofreciéndoles bienes a cambio de información o contenidos específicos. Las proposiciones pueden incluir dinero, regalos o incluso productos prohibidos como drogas, cigarrillos o alcohol.

¿Cómo puede un padre descubrir que su hijo está siendo víctima de grooming?

A menos que controles directamente el dispositivo de tu hijo o tengas una relación muy abierta con él, puede ser difícil determinar si se ha encontrado con un depredador en Internet. Dado que los groomers suelen aislar a sus víctimas todo lo que pueden, es posible que tu hijo sea reservado sobre sus peligrosos encuentros online. Sin embargo, el Centro de Seguridad y Prevención de la Delincuencia Infantil sugiere que hay algunos patrones de comportamiento que puedes buscar: "Puede haber señales de que un niño está siendo preparado por un depredador online, como pasar cada vez más tiempo conectado, volverse reservado sobre su conducta en Internet, cambiar de pantalla o cerrar pestañas o ventanas cada vez que uno de los padres está cerca, utilizar un lenguaje sexual que no se esperaría que conociera y volverse emocionalmente volátil". Además, puede haber pruebas materiales: si tu hijo recibe dinero o regalos de alguien que no conoces, puede ser una señal de alarma.  

¿Qué pueden hacer los padres para evitar el grooming?

La comunicación es la clave. Sin demonizar el espacio online, habla con tus hijos sobre Internet, sobre las redes sociales que utilizan y las personas a las que siguen o con las que hablan. Habla de los peligros de Internet, del comportamiento de los depredadores y del hecho de que cualquier información, foto o vídeo que se comparta en la red puede utilizarse en su contra. Intenta explicar qué es el grooming, por ejemplo, utilizando vídeos educativos o ejemplos de la vida real para que tus hijos sean capaces de reconocer el comportamiento depredador si alguna vez se encuentran con él. Además, habla de la sexualidad. Comparte con ellos que es normal desarrollar y explorar ciertos sentimientos e impulsos, pero anima a tu hijo a hacerlo de forma segura. Understood.org sugiere: " Habla con tu hijo sobre cómo las conversaciones de coqueteo pueden parecer excitantes al principio, pero pueden escalar rápidamente y llevarle a sentirse incómodo o utilizado. Señala las formas más comunes de coquetear en Internet. Entre ellas, hablar de lo que se lleva (o no se lleva) y comentar la vida sexual de los famosos". Sobre todo, no dejes que estas conversaciones entre padres e hijos se conviertan en algo único. Habla con tus hijos regularmente y observa los cambios en su comportamiento y conocimientos, para adaptar la conversación a sus propias experiencias. Aunque pueda resultar incómodo, hablar de temas delicados y ofrecer un espacio seguro para explorarlos puede ayudarte tanto a prevenir situaciones de riesgo como a resolverlas rápidamente. Si crees que tu hijo está en una fase de rebeldía contra ti como padre, asegúrate de que tiene a alguien más en quien confiar: un hermano o un amigo.

 

 

 

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