| Tendencias tecnológicas

Desmintiendo las preocupaciones habituales sobre los niños y la tecnología

| 29 Jun 2022
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Echa un vistazo a algunos de los problemas de desarrollo infantil comúnmente debatidos asociados al uso de la tecnología y descubre por qué a veces tus preocupaciones pueden diferir de la realidad.

Casi todos los padres que viven en la era digital se hacen la misma pregunta: ¿Es la tecnología segura para mis hijos? Echa un vistazo a algunos de los problemas de desarrollo infantil comúnmente debatidos asociados al uso de la tecnología y descubre por qué a veces tus preocupaciones pueden diferir de la realidad.

1.  Aislamiento social

Como los niños y los adultos pasan cada vez más tiempo en sus dispositivos, nuestra sociedad está cada vez más preocupada por el posible riesgo de aislamiento social. Dado que los niños pueden interactuar fácilmente con sus amigos online, a sus padres les preocupa que la motivación para reunirse en persona pueda ir disminuyendo poco a poco. Lisa Rai Mabry-Price, directora asociada de servicios escolares de la Asociación Americana del Habla, el Lenguaje y la Audición (ASHA), afirma que la falta de interacciones en persona puede provocar problemas con las habilidades de comunicación social: "Estas habilidades se desarrollan y perfeccionan a través de las interacciones diarias e incluyen saber cómo tomar turnos durante una conversación, utilizar expresiones faciales, cambiar la forma de hablar en función del oyente ,como la forma de hablar a un bebé frente a un adulto, y establecer un contacto visual adecuado". Estas interacciones personales se limitan cuando los niños se dedican a mirar pasivamente una pantalla". 

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Pero, ¿son los niños realmente tan pasivos como sugiere Mabry-Price? Mimi Ito, antropóloga cultural que colabora con ESET, señala lo contrario, que los niños están utilizando activamente las nuevas oportunidades para mostrarnos cómo se pueden utilizar las tecnologías para el empoderamiento: "Los jóvenes están en un periodo de la vida en el que todavía no tienen mucho poder, pero son súper inteligentes y tienen mucha energía. Así que, cuando esa energía se aplica a algo nuevo y experimental, realmente se aferran a la tecnología como una herramienta de empoderamiento y autoexpresión". 

Del mismo modo, aunque a los padres les preocupe que sus hijos trasladen sus relaciones enteramente a Internet, los niños rara vez utilizan sus dispositivos como sustituto de las interacciones en la vida real; más bien, emplean activamente las tecnologías en beneficio de sus relaciones. Cuando se utilizan correctamente, los dispositivos digitales pueden incluso reforzar el vínculo entre tus hijos y sus amigos: por ejemplo, cuando no pueden quedar en persona, pueden chatear online o llamarse. El espacio online también permite a los niños tímidos superar la soledad y conocer nuevos amigos con facilidad. Incluso hay aplicaciones pensadas específicamente para niños con necesidades especiales, que les ayudan a encontrar compañeros con experiencias similares.

2. Capacidad de atención

Las tecnologías colman a los niños de una gran variedad de estímulos auditivos y visuales, lo que les incita a realizar constantemente varias tareas. Los niños que pasan demasiado tiempo jugando a los videojuegos o que pasan la mayor parte del tiempo conectados a Internet tienden a tener menos capacidad para concentrarse en una sola tarea. No es raro que los padres vean a sus hijos sentados frente al televisor viendo un programa, mientras también juegan a un videojuego o escuchan un podcast mientras se desplazan por las redes sociales. Según el libro del Dr. Richard Restak, The New Brain: How the Modern Age is Rewiring Your Mind (El nuevo cerebro: cómo la era moderna está reconfigurando tu mente), puede ser un reto para los niños seguir el ritmo de un entorno tan estimulante, lo que puede provocar dificultades de concentración. El Registro Nacional de Psicólogos del Servicio de Salud también menciona una nueva forma de TDA tecnológico (Trastorno por Déficit de Atención Tecnológico): "El cerebro se entrena a una edad temprana para realizar varias tareas a la vez hasta tal punto que es incapaz de concentrarse en una sola tarea o pensamiento a la vez". El TDA tecnológico lo pueden padecer tanto niños como adultos. Según estas fuentes, la influencia de las tecnologías puede ser la causa de las malas notas de tu hijo o de su poca paciencia.

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Sin embargo, la Dra. Sharon Horwood, profesora titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de Deakin, es optimista respecto a la estabilidad generacional de nuestras capacidades cognitivas, que ahora se ven desafiadas por la tecnología: "Los cerebros han evolucionado para hacer lo que hacen a lo largo de milenios; los cambios en la función cognitiva de la población no pueden producirse en una sola generación", explica. Incluso si tus hijos tienen dificultades para concentrarse en una sola cosa, esto puede beneficiar su educación, como sugiere la Western Governors University: "Los estudios demuestran que el uso de la tecnología ayuda a los niños pequeños a aprender a realizar varias tareas a la vez de forma más eficaz". Aunque la multitarea nunca permite concentrarse totalmente en un área, los estudiantes pueden aprender a escuchar y teclear para tomar notas, u otras actividades multitarea que pueden ayudarles a tener éxito en su futuro." Cuando se utilizan correctamente, los dispositivos digitales pueden convertirse en poderosas herramientas de aprendizaje: incluso jugar a videojuegos puede fomentar la capacidad de resolución de problemas de tu hijo. Tenemos que enseñar a nuestros hijos a utilizar la tecnología, no a temerla. El término "edtech" es cada vez más frecuente en relación con los niños y la tecnología. Enseñar a los niños que la tecnología no es un enemigo, sino una herramienta útil, puede ser beneficioso no solo para su desarrollo, sino también para su éxito en la futura vida laboral. Además, Mimi Ito explica que los niños están adquiriendo conocimientos en nuevas áreas: "Ves a los niños aprendiendo a codificar y creando mods de juegos y formas de tecnología a una edad cada vez más temprana".

Tenemos que darnos cuenta de que esta tecnología no va a desaparecer, y los niños estarán cada vez más rodeados de ella. Educar a los usuarios responsables de la tecnología es más importante que nunca. Para asegurarnos de ello, tenemos que controlar el uso que hacen los niños de la tecnología. Una buena aplicación de control parental puede ser de gran ayuda para que tanto usted como su hijo alcancen el objetivo de convertirse en un usuario avanzado de la tecnología.

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3. Relación padre-hijo

Por último, a los padres les puede preocupar que las tecnologías perjudiquen la relación que mantienen con sus hijos. Según un estudio realizado por la Dra. Jenny Radesky, pediatra especializada en el desarrollo del comportamiento, y Brandon T. McDaniel, profesor de la Universidad Estatal de Illinois, los niños pueden mostrar problemas de comportamiento bajo la influencia de las tecnologías, como agresividad, irritación o lloriqueos. Esto estresa a los padres, que pueden entonces "retirarse de las interacciones entre padres e hijos con la tecnología y este mayor uso de la misma durante las interacciones entre padres e hijos puede influir en las conductas de externalización y retraimiento del niño a lo largo del tiempo", provocando incluso más dificultades de comportamiento.

Sin embargo, Radesky también sugiere que el comportamiento reactivo que muestran algunos niños puede tener su origen en otros problemas: "Puede ser que el niño esté reaccionando al no recibir atención y amplíe su comportamiento para conseguir una mayor reacción de los padres", o "que no esté recibiendo tanto tiempo de juego recíproco o conversación con sus padres". Jarmila Tomková, psicóloga, añade que los estímulos online cambian muy rápido, por lo que el cerebro del niño puede tardar en procesar la transición a la realidad offline. Hay muchas razones posibles para el comportamiento reactivo de los niños, y como explica Jarmila Tomková, a veces el enfado de un niño solo indica que estamos estableciendo los límites necesarios con ellos.

Si crees que la relación con tu hijo se ve afectada negativamente por la tecnología, es muy posible que introduzcas hábitos familiares más colectivos o actividades sin pantalla. Sin embargo, aunque los cambios impulsados por la tecnología en la relación entre padres e hijos pueden ser inevitables, no siempre son para peor. Los dispositivos digitales permiten a los hijos y a los padres enviarse mensajes de texto o llamarse siempre que lo necesiten, lo que de hecho puede reforzar el vínculo entre ellos. Según Mimi Ito, esta posibilidad de contacto puede proporcionar un "inmenso apoyo emocional", y los niños que acaban de adquirir su independencia permanecen más en contacto con su hogar.

Reformular la pregunta

En su artículo, Mimi Ito explica que muchos padres pueden estar haciéndose la pregunta equivocada: "¿Las tecnologías son buenas o malas?". Ito cree que hay que reformular esta preocupación: "La pregunta supone que la tecnología es una cosa, y que todos los niños la utilizan de la misma manera. La tecnología está hecha y moldeada por nosotros y tenemos el poder de hacerla buena o mala. Prefiero la pregunta: "¿Cómo podemos ayudar a los jóvenes a aprovechar la tecnología para el progreso?". También disuade a los padres de percibir a sus hijos como consumidores dóciles: "Los jóvenes no son víctimas pasivas de la tecnología ni adictos indefensos. Son creadores de tecnología y agentes con diversos orígenes e intereses". Aunque ningún padre debería descuidar el cuidado de la seguridad de sus hijos, muchos cambios aparentemente negativos pueden verse contrarrestados por los aspectos positivos que los acompañan. Todo depende de cómo utilicemos las oportunidades que nos brinda la tecnología, y de cómo animemos a nuestros hijos a emplear estas nuevas oportunidades para bien.

 

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